Un
ingrediente esencial para que la amistad perdure es la tolerancia, esto
requiere respetar diferentes puntos de vistas al nuestro, ser
flexibles y capaces de admitir otras opiniones de los acontecimientos de
la vida y las situaciones en que nos vemos a menudo inmerso.
Aunque
tolerar no significa precisamente acatar todo al pie de la letra, por
lo que en este transcurso surgen discusiones, enfados, diferencias
etc, esto puede conducir al rencor, el dolor que no se olvida, en
estos casos lo positivo es dialogar las cosas a su debido tiempo, es
sabido que las cuentas claras conservan amistades, y así se evita que
los temas se acumulen eternamente en un silencio que carece de sentido.
La
amistad a lo largo de la vida nos muestra todas sus facetas, como la
empatía, la cual crea una buena sintonía, en la que hay respeto,
acogimiento, atención, confianza.
Una amistad verdadera es capaz
de perfeccionar a dos personas, si estas dan lo mejor de si mismas,
esto exime esforzarse para construir una amistad madura, serena y
benevolente.
Ser benevolente es pensar bien y cultivar …
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