Querida mía, me gustas porque
nos parecemos. ¿ No te has dado cuenta que piensas como yo?, tengo la impresión
de haberte ya conocido antes de encontrarnos en casa de
tu amiga. Quizás
soñando o en misteriosas fantasías… Nos hemos comprendido en seguida sin
necesidad de palabras: has bailado conmigo y he notado en el temblor de tus
labios que querían decir algo, pero solo se han movido en un dulce susurro.
Dime que no somos victimas de
una ilusión. Dímelo, pues necesito que me lo confirmes para recuperar el
sosiego. No puede ser ilusión porque nunca me había ocurrido una cosa parecida
y tan hermosa. Escucho asombrado tus palabras que casi siempre traducen mi
pensamiento; me basta mirarte para leer hasta lo mas profundo de tu alma.
Solamente ahora me siento
verdaderamente; solo ahora, cuando mi corazón esta lleno de ti.
Asegúrame que esto no es un
sueño absurdo, una esperanza desesperada. No te pido mucho si consideras que tu
presencia y tu mirada me llenan de felicidad. Quiero verte para darme cuenta
que no estoy soñando, que no soy victima de una locura.
No destroces mi amor, el amor
que has despertado, e intenta comprender toda su sinceridad y toda su fuerza.
No me hagas esperar mucho tus
noticias porque las horas y los días, en la espera, serán para mi larguísimos,
interminables.
Beso tierna devotamente tu
recuerdo.
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